Garantizar la limpieza y desinfección efectivas de las fábricas es un prerrequisito esencial para la producción segura de alimentos y bebidas. Por tanto, el acceso al asesoramiento de expertos en la materia es fundamental.
Una de las mejores cosas de trabajar para una organización como Vikan es que puedo ofrecer apoyo al sector alimentario y promover la seguridad alimentaria de muchas formas diferentes. En 2019, participé en un proyecto de investigación de un año de duración financiado por los miembros de CampdenBRI cuyo objetivo era actualizar su documento Guideline 55: Cleaning and disinfection of food factories: a practical guide (Directriz 55: Limpieza y desinfección de las fábricas de alimentos: una guía práctica).
El primer suplemento a la Directriz 55 fue publicada por CampdenBRI en 2008. El asesoramiento que proporcionaba se basaba en los conocimientos y la experiencia de los fabricantes de alimentos y los proveedores de agentes químicos y equipos de limpieza, convocados por CampdenBRI (en calidad de grupo de trabajo) para proporcionar al sector alimentario recomendaciones prácticas y orientación en materia de limpieza y desinfección. Por aquel entonces, yo trabajaba en el Departamento de Higiene Alimentaria de CampdenBRI, y facilité a aquellos profesionales, entre ellos algunos pertenecientes a Vikan, la elaboración de la Directriz 55 original.
La Directriz se diseñó para ayudar al sector alimentario a comprender los diversos aspectos de la limpieza y la desinfección, entre ellos:
- cómo seleccionar los agentes químicos apropiados en función de las diferencias entre los equipos, las instalaciones y los ingredientes/alimentos que se deben manipular;
- los diferentes métodos de limpieza y desinfección;
- cómo diseñar programas de limpieza;
- los requisitos que debe cumplir la limpieza en cuanto a oportunidad y frecuencia;
- el orden en el que deben tener lugar las diferentes etapas de limpieza y desinfección; y
- cómo realizar un seguimiento del estado de limpieza de una fábrica.
La Directriz 55 se diseñó también para ayudar a los fabricantes de alimentos a cumplir con el Reglamento (CE) n.º 852/2004, relativo a la higiene de los productos alimenticios, y el Reglamento (CE) n.º 853/2004, así como para facilitarles la evaluación de los costes y consecuencias de una limpieza inadecuada y/o de frecuencia insuficiente.